11 agosto, 2006

Todo el mundo se queja de "Bully"

Cuando empecé esta publicación lo hice con las insanas intenciones de dar rienda suelta a todos los excrementos neuronales que pululan por mi cerebro, y las primeras entradas daban buena fe de ello. Sin embargo, la popularidad tiene un precio, pero también tiene sus ventajas: miríadas de colaboradores se pelean entre sí para escribir el artículo del día, y de entre todas sus mierdas he de seleccionar la de mayor calidad (o la de menor putridez), amén del tema más fresco que propongan.


Hoy tenemos de vuelta a nuestro semental compañero El Jardinero Follarín, que quiere hablarnos de Bully, el nuevo título de Rockstar, los creadores de GTA, el título preferido, por cuestiones de azar y de la energía de la improbabilidad, del casual gamer. ¿Por qué? Pues no lo sabemos, quizá sea porque puedes robar, matar y hacer miles de fechorías que tanto gustan de hacerse en un mundo virtual, o quizá es por la simpleza de su jugabilidad, por lo que al no ser necesarias más de dos neuronas para ponerse con el juego, la gran mayoría de la población puede acceder a él y encima disfrutarlo.

Bully viene a ser, pues, la nueva apuesta de estos señores, que esta vez quieren que interpretemos al tocacojones de la clase, haciendo la vida imposible al friki, al gordo, al empollón y al marica de turno. Y nuestro buen jardinero, como siempre, no está de acuerdo ni con el juego, ni con los que lo critican. Ahí va su exposición:


EL JARDINERO FOLLARÍN:

La polémica vuelve a saltar una vez más al mundo del videojuego (y van zzz). Esta vez el Carmaggedon de turno se llama “Bully”, de Rockstar, esa compañía empeñada en que recorramos una puta ciudad virtual de cabo a rabo (y acabar hasta el mismo) haciendo el subnormal. En dicho título somos un pelobúho tocándole la polla a sus compañeros del colegio y atizando a profesores, es decir: un Sim E.S.O.

Como viene siendo habitual, los reaccionarios de siempre han puesto el grito en el cielo intentando prohibir la venta de este videojuego para que no influya en los niños. Curiosamente, los hijos de la gran puta que acosan a sus compañeros y se encaran con el profesor de turno no han necesitado nunca de un videojuego para tocar la polla, así que no entendemos bien tanto escándalo.

La Asociación Contra el Acoso Escolar de Catalunya (ACECAT) ha declarado que este juego “ha sido creado por una mente que, retorcidamente, busca únicamente un lucro económico”. ACECAT… ¡ACETATE! ¡ACETATE! Tienen cojones las declaraciones de esta entidad, suponemos que está formada por personas que aún no se han dado cuenta de que los videojuegos se hacen para ganar dinero. De todas maneras, esta polémica tan chusca no es más que una lavada de manos por parte de padres que creen que la causa de que un niñato de hoy en día se convierta en un perfecto imbécil se deba a los videojuegos (que también). Estos señores se sorprenden de que tras educar a un inocente infante a base de enchufarle seis horas diarias de dibujos animados para que no dé por el culo en casa, consentir que el niño toque la polla en los restaurantes correteando y haciendo que el saludable arte de “cenar tranquilo fuera de casa” se convierta en un infierno, y en no darles una buena hostia la primera vez que se dirigen hacia ellos con esa voz gutural mezcla de Poli Díaz y el malo de Tron al son de “¡Viejoooo!”, este niño salga hecho un subnormal profundo.



De todos modos, Rockstar ha tirado por el camino fácil y debería haber innovado. Usando el mismo diseño de “Bully” (tiene huevos el título también…), nosotros propondríamos un cambio de perspectiva. Pondríamos en el papel del jugador a un profesor de la E.S.O. que rebanaría el cuello al primer chulo de la clase que se le ocurra interrumpir el dictado, moler a palos al alumno con estética latin king que se le suba a la chupa y hacerle un “Hostel” al primer padre curtido en bares y con camiseta imperio que se le ocurriera acudir a su despacho para decirle: “¿Tú que le has dicho a mi niño?”. Seguramente, con este videojuego ninguna puta asociación casposa alzaría la voz. Es más, incluso lo propondrían como ejemplo a estudiar en todas las escuelas de este puñetero mundo para intentar, si hay suerte, que el planeta no se llene de niñatos hijos de la gran puta.