Owen Wilson se corta las venas
De nuevo el panorama hollywoodiense se tiñe de rojo sangre, concretamente de la de Owen Wilson, y aunque por mucho que hayamos deseado verla correr tras tragarnos la mayoría de sus atroces interpretaciones y por más que hayamos disfrutado de la escena de
Las primeras hipótesis relacionaban el accidente con un reciente visionado de su propia filmografía, pero al final se desveló el pastel: el bueno de Owen se intentó quitar la vida al ver unas fotos de su ex-novia Kate Hudson dándose el filete con otro pavo. Normal, querido Wilson, tantas comedietas románticas con poster de fondo blanco y pastelosos finales en los que el bueno (y feo, como tú y como yo) acaba felizmente emparejado con la guapa que ambos habéis protagonizado hasta la extenuación, han debido crearte una falsa idea del amor y de las relaciones de pareja que te ha impedido afrontar este duro mazazo con clase y estoicidad, como lo hubiesen hecho Bruce Willis, Mickey Rourke o tu ex-suegro Kurt Rusell, con el que deberías haber conversado más durante las cenas familiares, pues te hubiese enseñado a superar el desamor con un pitillo y un chascarrillo.
Y ahora el bluffconsejo para todos aquellos lectores que, como nuestro amigo Owen, hayan perdido a su gran amor: si vuestra chica os ha mandado a la puta mierda y se ha ido con otro, no os deis por vencidos, llamadla a todas horas suplicando que vuelva; enviadle SMS’s pastelosos, mails o lo que se os ocurra para recuperar su amor; recordadle lo mucho que la queréis picando a su interfono o tiradle piedrecitas en su ventana; acosad a sus amigos para sacar información y utilizadla en vuestro propio beneficio, agobiadla, llevadla al diario de Patricia, lo que sea. Vosotros os lo merecéis, y no cualquier chulillo de gimnasio. Veréis como pronto volverá a estar comiendo de la palma de vuestra mano.