31 julio, 2006

Chris Cornell interpreta Casino Royale


La vigésimo primera entrega de la saga 007 ya está a punto de abarrotar los multicines con niñatos aburridos que acuden como alternativa a la discoteca, plastas que no hacen más que rajar y comer palomitas de la manera más estridente posible, y algún que otro cinéfago más normalito.

Daniel Craig (un rubio con ojos azules que no pega ni con cola en el papel de Bond) toma el relevo del inexpresivo (ergo, perfecto para el papel) Pierce Brosan, y Martin-bluffmaker- Campbell vuelve a la franquicia tras Goldeneye, dispuesto a revigorizar la saga una vez más como si de un director cojonudo se tratase, cuando solo es un Renny Harlin cualquiera.

Lo único malo es que siguiendo con la creciente política censora estadounidense, y si ya le quitaron del tabaco, son capaces de quitarle del alcohol, incluso se rumorea que esta vez, en lugar de mantener relaciones liberales con varias mujeres en un mismo film, es posible que una de ellas le cace, le enamore y le haga renegar de la violencia como solución a todos los problemas estatales.


Todo esto, y el anuncio del autor del tema principal de Casino Royale, son una excusa más que suficiente como para estrenar a nuestro malhumorado colaborador el Jardinero Follarín en esta primera etapa de The Bluff.

Jardinero Follarín (Fucker Gardener): Siguiendo el peculiar gusto que les caracteriza, los productores de la nueva entrega del agente secreto del MI6, James Bond, han escogido para que cante el tema principal nada más y nada menos que a ¡Chris Cornell!

Sí, efectivamente, eso mismo nos preguntábamos nosotros: ¿quién cojones es Chris Cornell? Navegando por esta mezcla de biblioteca de Alejandría y pozo de mierda que es Internet, nos enteramos que Mr. Cornell fue o es (nos la suda) el líder de Soundgarden, grupete que nos suena un poquito más que su propio líder (que encima, nos confunde con el Robin de Joel Schumacher). Como siempre y para variar, los fans, esos pequeños hijos de puta tocacojones, han puesto el grito en el cielo porque no lo ven como una elección acertada. Claro, ellos, que como sabemos todos tienen un gusto musical exquisito, hubieran elegido a, por ejemplo, Ainhoa Arteta o el cadáver de Maria Callas para que interpretase el tema central de este “Casino Royale”.

Nosotros, que nos creemos más listos que los talibancillos pro-007 y que vemos cada película bondiana como lo que es (un entretenimiento predecible y harto repetitivo, pero cojonudo), vamos a hacer un pequeño top six de las mejores canciones bondianas de esta caspi-saga famosamente mundial.

1.“Thunderball”: De la película “Operación Trueno”, cantada nada más y nada menos por el Bertin Osborne galés: Tom Jones antes de meterse en formol y tener la misma apariencia que cuando cantó este mp3 que hemos bajado del emule fechado en 1965. El tema, no el archivo…

2.“Live and Let Die”: De la película “Vive y deja morir”. Compuesta e interpretada por ese follamutiladas y apoyaguerras que responde al nombre de Paul McCartney. Otrora jovencito que cagaba obras maestras y hoy en día viejo chocho que compone absolutas mierdas. Como nota, decir que en el 92, otro grupo con un líder aun más hostiable que el ex-Beatle, perpretó una horrenda versión que por poco se caga la perra. Estamos hablando de los hostiables Guns ´n Goblins.

3.“A View to a Kill”: Cojonudo tema interpretado por Duran Duran, ese grupete ochenteno que ha influido no sólo musicalmente, sino estéticamente en los jóvenes de hoy: véanse por ejemplo las fotos de la boda de Farruquito.

4.“The Living Daylights”: A-ha, ese trío noruego con nombre de afirmación en conversación pez, cantó en 1987 este tema típicamente bondiano que aún da el pego. Cabe destacar que la voz cantante que atiende al nombre de Morten Harket, actualmente aparte de seguir con el grupo, es un puto flipado que se hace acompañar en cada concierto de un gurú budista para que cuide de su cuerpo y mente. Y suponemos también que de su culo.

5.“Goldeneye”: Tina Turner cantó este tema compuesto por esa hermanita de la caridad, por ese malo de Batman llamado Bono, plagiando descaradamente el “Goldfinger” de Shirley Bassey. La incluimos en este top para hacer bulto.

6.“Die Another Day”: Madonna meets Kraftwerk. Elton John se quejó de este tema en su día, con lo cual, cualquiera puede deducir que la canción está de puta madre.

Acabamos no sin esperar con ansias esta nueva entrega bondiana que tiene todo lo que tiene que tener para que sea un éxito cáspico: protagonista feo, cantante cutre y para más inri, remake de otra peli.

Stuck in the middle with you

Si Michael Madsen tuviese el cerebro lo suficientemente desintoxicado como para ser consciente de lo que piensa la policía británica del juego al que pondrá la voz (más triste es de robar), estoy seguro de que más de uno iba a amanecer mañana atado a una silla y con la oreja merecidamente seccionada.

“Es una glorificación enfermiza de la violencia contra oficiales de la policía, que no puede sino tener un efecto altamente dañino sobre cómo la gente percibe y reacciona ante la policía”, asegura un portavoz de la policía de Yorkshire, quedándose tan ancho.



Y sí, por una vez The Bluff está a favor de las fuerzas estatales, pero no por los motivos a los que ellos apelan, no, sino por la vergonzosa herejía de realizar un juego sobre la película Reservoir Dogs. Vamos a ver, señores de SCI, dedíquense a seguir haciendo Carmageddones (que a buen seguro les tocará más la polla a esa panda de fachas metidos a maderos) y déjense de juegos innecesarios como éste, en el que nuestro cometido será huir y disparar a la policía en las escenas que no vimos en la película, como si fuese una suerte de versión extendida de la misma. Y es que si no las vimos en la película es porque importaban una mierda, y jugarlas con un pad no puede más que provocarnos un revueldo de cocido a los que aún nos queda un mínimo de gusto y sentido común.

De todos modos, hace gracia que unos señores que se dedican a disparar a electricistas pensando que son talibanes, y cuyos jefes apoyan los genocidios, se crispen ante una versión interactiva de una película, y no lo hagan de la propia película so pena de quedar como lo que son: una panda de jodidos catetos.

26 julio, 2006

Mickey Rourke se amputa el meñique


El bueno de uno de los actores más polémicos (y por lo tanto más queridos en esta web) de Hollywood, Mickey Rourke, se ha cortado el dedo meñique. Así de simple. Y no, en el momento de los hechos no se encontraba en una fiesta de su amigo Quentin Tarantino, ni Bruce Willis, su compañero de reparto en Sin City, le animó a ello (está más ocupado animando a los soldaditos americanos a seguir matando moros). Ni siquiera fue Tim Roth, como se sospechaba en un principio, el ejecutor de su amputación digital.

Lo hizo porque se había cansado de su meñique, y la consecuencia más directa y nefasta para nosotros, es que no ha podido participar en Grind House, la nueva película compuesta por dos películas a su vez de Tarantinno y Rodríguez, y ha sido substituido, por suerte, por otro de nuestros favoritos, aunque no tan excéntrico y genial: Kurt Rusell. Nuestro compañero el Profesor Blasfemia, quien esperemos que algún día también se ampute algo, porque partes inútiles del cuerpo le sobran a patadas, tiene la crónica de la noticia:

Profesor Blasfemia: Si hay tarugos que cuando se cabrean la toman con papeleras o contenedores, le curten el lomo a sus parientas o se ponen a escribir toda su mierda en foros de Internet, hay quienes canalizan su ira de maneras productivas y de esas experiencias consiguen mejorarse a si mismos y a quienes les rodean. Una de esas personas es Mickey Rourke, reconocido bluffactor de películas como El Corazón del Angel, Manhatan Sur o Sin City, que ha decido, en un ataque de mosqueo profundo consigo mismo, con la sociedad, y con el cosmos, que lo mejor que podía hacer para aliviárselo era cortarse el dedo meñique de la mano izquierda. Así es amigos, este hombre está como una puta regadera, pero analizando sus palabras quizá podamos encontrar algún tipo de explicación a este desesperado ramalazo de demencia esquizoide: "Estaba muy enfadado, ya no me acuerdo por qué motivo, y entonces decidí que ya no necesitaba el último trozo del dedo pequeño de mi mano izquierda". Bueno, quizás no sea tan sencillo encontrarle una explicación a los desvaríos de un otrora gran actor politoxicomano y sonado, pero reflexionemos ¿quién quiere un dedo meñique? ¿No vale cualquier otro dedo de la mano para sacarse el cerumen de las orejas? ¿Es acaso más funcional para introducirlo en el ojete de alguna meretriz de saldo, tal y como hace el bueno de Mickey en su tiempo libre? La respuesta es bien sencilla: No. Así las cosas, no podemos más que darle la razón al señor Rourke en su particular cruzada contra esos pequeños parásitos dátiles que nos impiden ser como los dibujos animados.


Lamentablemente, el afamado actor podrido de botox, no consiguió llevar a término su particular hazaña “a lá yakuza” debido a la intervención de su buen amigo inglés Gary, que le pilló con el cuchillo jamonero serrándose el nervio y no se le ocurrió otra cosa que ir al hospital a que lo reimplantaran: "No lo corté del todo, lo dejé colgando de un tendón", asegura Rourke. Aun así, nuestro brutote amigo tuvo que cebarse pero bien para que los médicos tardasen razón de ocho horas en recomponérselo, así que tampoco nos extrañe, y más teniendo en cuenta el muy avanzado de fermentación en que se encuentra su cerebro, que lo hiciese con objetos tan peregrinos como el mango de una cuchara, un cortaúñas o una navaja de goma. Así las cosas, su dedo meñique no volverá a ser lo que fue y la movilidad del mismo dejará bastante que desear, lo que sin duda repercutirá negativamente en su carrera (obviando su cuadro de psicópata suicida con tendencia a seccionar miembros) ya que un tipo duro no puede beber una cerveza, ni coger un copazo con el dedillo tieso como una refinada miss o como un señorito andaluz.

En cualquier caso, esperamos que se ponga de moda en Hollywood esto de la automutilación, y que por ejemplo Chris Columbus se corte el rabo de una puta vez, o que directores de la catadura de Michael Bay, McG o Uwe Boll se corten el cuello, preferiblemente con alguna herramienta oxidada.

24 julio, 2006

La Campus Party empieza hoy con 5.500 frikis


Si a alguien se le ocurre hoy, por casualidad, entrar en el cuarto del hediondo de su hermano, ese que no ha pillado cacho en su vida, y se encuentra que por primera vez en eones no está en frente del ordenador, que mire otra vez, porque se dará cuenta de que tampoco está el ordenador. Podría tratarse de una abducción de frikis a nivel nacional, pero por desgracia no es así: están todos reunidos en Valencia, en la décima edición de la Campus Party.

¿Qué es la Campus Party? –se preguntará algún despistado-. Pues se trata de una concentración de tíos y tías raros, con camisetas de temáticas que van desde los cómics a los videojuegos pasando por el cine, la mayoría de ellos con gafas de pasta, lorza en abundancia y granos en la cara (o facial bump-mapping, como deberían decir ellos). No salen mucho de casa ni tienen muchos amigos, razón por la cual acuden en masa a un lugar donde abundan sus semejantes.

La gran atracción de la feria, a parte de los sermones de cuatro empollones metidos a diseñadores de software hablando sobre nuevas tecnologías y software libre (me gustaban más los jipis de los setenta), es la red de la feria, que tiene una capacidad de 1,3 Terabits, vamos, que te puedes bajar mogollón de cosas tanto de Internet como de otros usuarios, con lo cual, si somos un poco avispados, podemos predecir cual será el negocio del futuro: el porno.

Tampoco faltará en esta edición la que se podría catalogar como la sub-especie humana más rara del planeta, que son esa mezcla entre bakalufo y friki, y que se caracterizan por tunear el ordenador, metiéndole luces de neón, tubos y cosas raras váyase usted a saber para qué.

The Bluff ha querido estar allí para poder criticar con fundamento, y es por ello que ha enviado a su corresponsal más eficaz, Alberto Katana, quien a regañadientes se ha personado en Valencia para hablar con los usuarios de la Campus y traernos las imágenes más impactantes del evento.

Aquí os dejamos algunas de ellas:





21 julio, 2006

Los videojuegos son tan adictivos como el alcohol

Lo veníamos diciendo desde hace años, desde el primer Bluff PC Games, y nadie nos escuchaba. Nos hemos unido a sociedades de padres ultra conservadores peperos y del opus para prohibir su tráfico y su uso por parte de los inocentes menores de edad, pero nada. La industria sigue creciendo a pasos agigantados.

Ahora ha tenido que venir el doctor Ralf Thalemann para confirmarlo con uno de esos estudios que hacen para justificar los millones que se embolsan por la patilla: “las reacciones cerebrales de las personas que juegan con videojuegos en exceso son similares a las de los alcohólicos o los adictos al cannabis”.

Pues claro, solo hay que ver a la muchachada de hoy en día, que prefieren quedarse en su casa conectados a Internet, jugando a juegos MMORPG, RTS, FPS y TGTA (tipo Grand Theft Auto, el género de moda) en lugar de estar en el bar con los amigos cascándose su saludable dosis de alcohol y tabaco, intercambiando opiniones con el facha de la barra que aprovecha cualquier excusa para soltar su frase preferida: “con Franco esto no pasaba”, ese camarero discutiendo sobre fútbol, y ese alegre morenito vendiendo DVD’s que no hay reproductor que tenga cojones de leerlos.

Nuestra cirrótica espía Margarita Landi ha viajado hasta Alemania, al Instituto de Medicina Psicológica de la Universidad de Charité, en Berlín, y ha conseguido recuperar los documentos que no se han atrevido a publicar en los medios, y que aseguran que el nivel de adicción de los videojuegos y sus consecuencias son mucho, muchísimo más graves que los del alcohol. En la siguiente viñeta tienen explicadas las diferencias entre los síndromes de abstinencia del alcohol y los videojuegos. Saquen sus propias conclusiones.


Por desgracia estos documentos valen lo mismo que un trozo de mierda seca, puesto que nuestra querida señorita Landi ha llegado al fondo de la cuestión (por eso cobra tanta pasta y se nos pimpla el mueble bar en cuestión de minutos, la cabrona), y ha desentrañado el misterio de la investigación, así como al máximo responsable detrás de ella: ni más ni menos que el malvado alemán Dr. Uwe Boll. En efecto, toda esta controversia no ha sido más que el punto 2 de su malvado plan para destruir la industria del videojuego (recordemos que el punto 1 fue hacer horribles adaptaciones cinematográficas de sagas como Alone in the Dark y House of the Dead).
Después de esta estúpida aventura por parte de nuestra espía, no podemos más que llegar a una conclusión: que cada uno haga lo que le salga de los cojones digan lo que digan los profesionales. Porque las cosas siempre son buenas o malas según desde el punto de vista desde el que se miren.

20 julio, 2006

John Cusack pierde a su única fan


Parece mentira que haya gente que vaya tan sobrada como para pedir una orden de alejamiento contra su única fan. El actor estadounidense John Cusack, cuyos méritos se podrían reducir fácilmente a Identidad y Cómo ser John Malkovich, ha denunciado lo que él ha considerado como acoso por parte de una tal Emily Diane Leatherman, de 31 años, quien, según el actor de ojos separados, "ha demostrado su desusado interés acechándome, lanzando largas cartas por encima de la cerca en bolsas con piedras y haciendo visitas imprevistas a la oficina de gente con la que trabajo en un intento por encontrarse conmigo".

“Una vez incluso tuve que acudir corriendo y sollozando a casa de mi buen amigo Ray Liotta”, asegura John, “y allí me escondió, me arropó, me preparó una sopita y le dijo a Emily que dejase de acosarme. Es tan majo, Ray, le quiero un montón, como amigo, ¿eh?”.

El juez, entre risas, ha sentenciado que la presunta acusadora no podrá acercarse a menos de 150 metros del actor, sentencia que no le ha parecido demasiado bien a John, quien incluso al acabar el juicio se tomó el lujo de levantarse y pedir a voces la ejecución de la pobre Emily, de la que de lo único que se le puede acusar es de tener un gusto atroz y chuparse Serendipity más veces de lo que hubiese sido saludable.

Sirva pues esta noticia como aviso para todos estos actorcillos de mierda que aceptan el primer guión romántico que les llega a las manos para mostrar a la academia su faceta sensible y romántica y poderse jincar a la Kate Beckinsale de turno, y es que luego siempre puede venirte una perturbada queriendo lo mismo. Y sino que aprendan de Bruce Campbell, verás como no les suceden este tipo de cosas interpretando a Elvis Presleys setentones y artríticos luchando contra momias cowboy.

Y si aún así les molesta que les acosen, que hagan lo que hace el resto de su puta estirpe: que se compren una isla.

18 julio, 2006

Melendi protagonizará un juego

Lo que faltaba, no teníamos suficiente con exportar vergonzosos actores cañís a la industria cinematográfica internacional (véase la tontaina de la Pé) sino que ahora, además, hacemos lo propio en la industria del videojuego. Peor aún, porque ni siquiera se trata de un actor, sino de uno de estos afortunados cantantes “tipo Estopa” que de no ser por el recalcitrante dúo de Cornellá se hubiesen quedado en el lugar que jamás tendrían que haber abandonado: las fiestas de su barrio.

Melendi, ese “artista” que va de independiente, rebelde y porrero (ahora, si no dices en tus canciones que fumas porros, no eres nadie), que acabó anunciando chocolatinas como buen icono patrio que se precie, será uno de los protagonistas de Gangs of London, un videojuego sin interés alguno que ya solo por el nombre deducimos que será del estilo de Grand Theft Auto.

Y, oh casualidad, el estreno del juego coincidirá con el lanzamiento de su nuevo disco con el que a buen seguro las quinceañeras mojarán sus braguitas y forrarán sus carpetas mientras sufren sueños húmedos en los que pierden la virginidad con el cantante asturiano (aunque como todo el mundo sabe, en la vida real será con un pelobúho bakalufo pasado de coca, es lo que tiene no tener criterio).

Al menos el bueno de Melendi no ha perdido aún la poca dignidad que pudiera tener, porque recordemos que los hay peores: aún me llena de júbilo y satisfacción la imagen de los hermanos Muñoz acariciando perritos en la DS. Pero tiempo al tiempo…

De momento, veamos qué opina nuestro buen amigo el Profesor Blasfemia de todo este asunto.

Profesor Blasfemia: Lo cierto, mi buen amigo germinal, es que lo único que debería protagonizar este detrito social venido a ídolo de masas es su propia ejecución pública, si es posible de la manera más cruenta, viscosa y desagradable. Y es que no es para menos, el creador de la moda de de las “extensiones rastas” el continuador de la “rumba canalla” y el estupidizador que cree que hace canción comprometida por que habla de los muchos canutos que se fuma (¡la trasgresión cobra forma!) y de ¡oh! los niños del tercer mundo. Por que este personaje hace canciones a los niños del tercer mundo, haciendo gala de rojería de garrafa y echando pestes contra el malvado capitalismo que los explota y los obliga a hacer zapatillas de deporte (de esas tan caras que él mismo lleva). ¡Que loable! ¡Qué hombre más ligado a las causas sociales! ¡qué bonito es escuchar una canción que escupe sobre el occidente opresor en la MTV!

Yo, si me lo permites, haría un llamamiento al exterminio del musiquete basura, al sacrificio por el bien de la ya prácticamente irrecuperable salubridad mental de futuras generaciones, de esta panda de hipócritas, iletrados y catetos, de estas nulidades mentales que tienen la firme creencia que con saber rimar ya se pueden escribir canciones (aunque a veces hasta esa simpleza les cuesta). Os llamo a prender fuego a las rastas de los melendis, a endiñar botellazos a las cabezas de las cantantes de La Oreja de Van Gogh (no es precisamente un blanco difícil) y lanzar estiércol encima de los cantos del loco. El mundo será un lugar mejor con su honra por los suelos, o al menos un lugar más justo.

17 julio, 2006

The Bluff, el regreso de Bluff PC Games


Hemos picado, las comodidades de las nuevas tecnologías nos han tentado lo suficiente como para hacer resurgir aquella entrañable e hijoputesca publicación digital llamada Bluff PC Games más de dos años después de su defunción y posterior reconversión en la desarrolladora de videojuegos tan populares como El Niño Rata y su secuela, que a lo largo de este 2006 verá la luz para PC al módico precio de 0 € y un infarto cerebral.

The Bluff es la continuación de tan magna obra, y recupera a sus artífices para que os deleitéis con la mordacidad, el cinismo y la mala baba de El Profesor Blasfemia, el único ser capaz de envenenar la mente de quien le lea con sus ponzoñosos comentarios; Alberto Katana, nuestro corresponsal en Japón cuyo apodo hace referencia al arma que utilizó para asesinar a sus progenitores tras tirarse tres días seguidos jugando al Final Fantasy; Margarita Landi, la atractiva espía a sueldo que no duda a la hora de utilizar su vagina para conseguirnos ínformación confidencial; el Jardinero Follarín, nuestro comentarista, especialista en cine y dibujante casual, y por supuesto un servidor, que intentará tocar los temas más jugosos para deleite de sus enfermos seguidores.

Ahora bien, en The Bluff no nos vamos a conformar defenestrando y vilipendiando la podrida industria del videojuego (cosa que ya daría para cinco páginas web), sino que vamos a ampliar nuestras fronteras y nos meteremos de cabeza también en el mundillo del cine sin ningún tipo de rubor. Qué le vamos a hacer: no nos conformamos con el desprecio de Latiegui, Gonzo y demás cuentistas vendedores de elixires, sino que también queremos conseguir la aversión de Amenábar, Almodóvar y quien se nos ponga por delante.

Así que guárdense este blog en "mis favoritos", acomódense, enciéndanse un pitillo, y si son demasiado susceptibles y se consideran de refinado paladar, por favor, márchense.