Funestas noticias: los videojuegos NO matan
Mantener un blog que no se puede actualizar dejando constancia de la última película manga que has visto, de la nueva receta que has aprendido, o de lo muy puta que es tu novia (como si no lo supieran ya todos tus lectores), no es tarea fácil. A diferencia del mortal medio, nuestra superioridad comunicativa nos obliga a tratar los temas con rigor informativo, horas de documentación y arduo trabajo gráfico de calidad como atestiguan las viñetas que acompañan a nuestros artículos. Si tenemos en cuenta todo eso, y que estoy en lista de espera para que me recorten 10 kg de cojones y así poder llevar una vida normal, no es de extrañar que éste vuestro portal favorito de ocio y entretenimiento se tire largas temporadas sin modificar sus contenidos.
Pero se acerca la Navidad, las calles se llenan de luces y alegría, la gente compra dulces y bombones para regalárselos a sus parejas (o a esa amiga estrecha que tanto nos cuesta llevarnos al catre) y, en definitiva, la gente feliz es aún más feliz. Ergo nos vemos con la sagrada misión de tocar un poco los huevos al personal, y nada mejor que nuestro más poderoso aliado para tal hazaña: ni más ni menos que el Profesor Blasfemia, quien nos hablará sobre el último estudio de la Universidad Complutense de Madrizz, que parece demostrar que los jugadores de videojuegos no se endrogan, ¡jospa! Cuando quiera, profesor…
Esto supondría un mazazo para esta y otras muchas publicaciones dedicadas exclusivamente al amarillismo más vil y soez que se alimentan del nauseabundo patetismo de ese colectivo que se hace llamar “videojugador”. Acabaría con noticias acerca de las infamias que un puto retrasado mental es capaz de hacer con un cuchillo jamonero y un juego japo, de las infectas alimañanas que anteponen la salud de su paladín del Warcraft a la de su propia y pobre larva, que por duro que suene decirlo, para crecer con el estigma de tener unos padres así más vale criarse en el orfanato de Belén Rueda. No podríamos blufear acerca de las asociaciones de padres preocupados por la salud mental de sus retoños por que se dejan las horas delante de la consola matando seres extraños, y que a la vez no les preocupa el hecho de meterlos en colegios de curas, donde no solo corren un altísimo riesgo su cordura sino también la integridad de sus virginales rectos.
También sería una fatal noticia para aquellos que, dando por pérdidas sus esperanzas sociales de cualquier índole, se hayan entregado por completo al vicio de los juegos de rol multijugador y por ende al colesterol y al sedentarismo ultraortodoxo, esperando que llegue el feliz día en que les reviente alguna arteria y se acabe por fin su sufrimiento.
Y es que por lo que se ve, mientras que la gente que se mete farlopa hasta que se le deshace el tabique nasal, se pone de pirulas hasta la trancas o se pasa periódicamente por las barranquillas para pillar algo para un chino, acaba muriéndose bastante rápido, los jugadores de videojuegos no. De hecho, y atención porque la noticia puede romper los esquemas a más de uno, no hay una relación directa entre pincharse heroína en las venas de la base del tronco del pene y jugar al Super Mario.
Así pues, con este estudio se asegura que ser videojugador no tiene porque estar conectado con ser un drogadicto hardcore, y que por el contrario de la creencia popular el cable del mando de la Play no sirve para estrangularse el brazo y así dejar que la aguja penetre con mas facilidad en la vena con su jaco trotados tras de sí.
El estudio ha sido realizado por la Universidad Complutense de Madrid, que ya está preparando otros estudios que sin duda alguna no serán menos reveladores, como por ejemplo “hábitos masturbatorios y su relación con la política nacional” “Costumbres endogámicas de las mujeres y problemas de disfunción eréctil en sus cónyuges” o “La introducción de objetos punzantes por la uretra y su relación con mear sangre”.